Según la RAE (Real Academia Española):
Surrealismo;
(Del Francés surrèalisme)
m.
Movimiento literario y artístico, cuyo primer manifiesto fue realizado por André
Breton en 1924, que intenta sobrepasar lo real impulsando con automatismo
psíquico lo imaginario y lo irracional.
(Veamos ahora entonces:)
Absurdo/a:
(Del latín absurdus)
1. Adj.
Contrario, opuesto a la razón, que no tiene sentido.
2. Adj. Extravagante,
irregular.
3. Adj. Chocante, contradictorio.
4. m. Dicho o hecho
irracional, arbitrario o disparatado.
Ambos términos están profundamente ligados. Entonces mi idea de "surrealismo" no estaba tan errada después de todo.
(Ahora reflexionemos)
Está bueno ser un poco absurdo en la vida. Ergo: me gusta el absurdo, aunque... claro está, que solo por la parte de la extravagancia, porque cuando las cosas se tornan irracionales o arbitrarias es cuando ya todo se va al diablo, y de eso (tanto como del ridículo) no hay retorno...
He visto muchos cuadros surrealistas a lo largo de mi corta vida, y me quedan muchos por ver... Pero los que vengo viendo me hacen dudar realmente de mi capacidad de entendimiento, hasta escapan a mi capacidad de aceptar lo que estoy viendo, porque suelen ser cuadros cada vez más chocantes rozando lo bizarro, y eso... no está bueno.
Cuando una persona es equilibrada y puede crear cuadros de vida mediante su absurdo, salen cosas muy productivas e interesantes, le dan color al libro de la vida (ponele...) pero siempre sabrán qué es realidad y qué no lo es... Los llamados "surrealistas".
En cambio cuando una persona es gobernada por el absurdo total de su ser, y se torna en su accionar cotidiano absolutamente irracional, contradictoria, obtusa, cuadrada, sin poder distinguir entre la realidad real, y su realidad inventada... es cuando literalmente se deschaveta, y eso hace que quede en evidencia su incapacidad de manejar sus emociones, y las tire todas juntas, desordenadas, explotando así su ciclotimia verbal. Y lo más probable es que termine vomitando incoherencias... Los llamados "absurdos".
Ahí es cuando las personas finalmente terminan entre paredes acolchonadas con un abrigado y confortable chalequito blanco de largas mangas, cargado de cerrojos en la espalda.
Conclusión: quieran a los surrealistas (cuidemos a este tipo de gente que mantiene viva la imaginación), cuídense de los absurdos (que no pueden distinguir si viven en la realidad real, o en una realidad paraLelos).
Insisto: Cuídense de los Absurdos... no por ser locos (de hecho, no lo son) más que nada porque suelen ser idiotas.
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