Esos olores que me traen a la mente dulces recuerdos de un ayer infantil y acaramelado, vuelven hoy a mi mente.
Me sentí refugiada en ese puro e inocente ser que jugaba a las muñecas en un patio con sol, donde las flores predominan hasta en el más crudo de los inviernos.
Me sentí refugiada en ese puro e inocente ser que jugaba a las muñecas en un patio con sol, donde las flores predominan hasta en el más crudo de los inviernos.
Un ser pequeño con rulitos que correteaba al perro por todos lados, se tiraba al piso a reír mientras el perro le hacía cosquillitas con el ocico.
En un lugar singular... donde el arcoiris sale sin que la lluvia lo llame, la brisa cálida juega a la peluquería con mis cabellos, dejando un look cool. Donde el perro parece sonreír mientras salta persiguiendo mariposas y el gato con aire remolón me mira desde la silla bostezando, pidiendo a boca de maullidos caricias de algodón.
En un lugar singular... donde el arcoiris sale sin que la lluvia lo llame, la brisa cálida juega a la peluquería con mis cabellos, dejando un look cool. Donde el perro parece sonreír mientras salta persiguiendo mariposas y el gato con aire remolón me mira desde la silla bostezando, pidiendo a boca de maullidos caricias de algodón.
Y me pregunto qué es lo que pasó, para que ya no me pasen esas cosas...
Una mudanza, pero lo bueno es que siempre puedo volver a refugiarme ahí... pero... el tiempo pasa, la edad avanza, y la vida me llena de responsabilidades en poco tiempo, y cuando el tiempo me encuentra, quiero descansar, y no me dan ganas de ir ahí.
Pero a veces si. Y amo ese lugar. MI LUGAR EN EL MUNDO. MIO, único e irremplazable.
O simplemente el lugar que me vió crecer...
...depende del punto de vista desde donde lo vean...